Escapada navideña a Carcassonne y Narbonne con niños

A nosotros nos gusta mucho aprovechar los días que van entre Navidad y Fin de Año para viajar y hace unos añitos estuvimos en Carcasonne. Fuimos sin tener demasiada idea de lo que nos encontraríamos, por aquel entonces “sólo” teníamos un hijo y como buenos primerizos andábamos todo el día agobiados y sin tiempo siquiera para buscar en google “cosas que hacer en Carcassonne con niños” (y pensar que me agobiaba más con uno que con tres… si me lo hubieran dicho en ese momento me matan del susto!).

Total, que me voy por las ramas, que lo mejor de ir a un sitio sin esperar nada es que la sorpresa es aún mejor.

Carcassonne

Los franceses viven la Navidad a lo grande y todo, absolutamente todo, está decorado. Si a eso le añadimos el encanto de la ciudad medieval de Carcassonne, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997, el resultado es magia pura.

Las murallas de la ciudad medieval de Carcassonne iluminadas en Navidad. Foto: vacaciones por Europa.

Nosotros encontramos una superoferta en un hotel espectacular, bueno fue mi amiga Sira que como os conté en el post anterior (ver aquí) es especialista encontrar chollos y organizar viajes con niños. El hotel en cuestión es el Hôtel Donjon – Les Remparts, situado dentro de la ciudad medieval, decorado de forma clásica y superacogedor. Además tenía armaduras y objetos de caballeros repartidas por todo el hotel y al peque le encantó.

Detalle de la decoración navieña del Hotel Donjon- Les Remparts.
Jardines interiores del Hotel desde los que se pueden ver la murallas de la Cité.

Ver el castillo y las murallas iluminadas por la noche os dejará boquiabiertos, vale mucho la pena pasar al menos una noche allí.

La ciudad medieval es preciosa ya de por sí pero decorada de Navidad parece que estés en un cuento. Es pasar el puente levadizo lleno de lucecitas y pasear entre sus más de 50 torres y entrar en otra dimensión. Es cierto que nosotros llegamos un poco “tarde” ya que en Francia los mercadillos navideños empiezan a principios de diciembre y una vez pasado el Père Nöel ponen punto y final a la celebraciones así que nos perdimos esa parte, pero aún así la decoración la dejan hasta principios de enero.

Hay muchísimos restaurantes donde degustar su famoso cassoulet, un potaje riquísimo a base de carne y legumbres, o una sopa de cebolla bien calentita. Eso sí, no es fácil ir a comer con niños… no por ellos, sino por los restaurantes! No sé si fue casualidad y tuvimos la mala suerte de ir a parar a los 4 que no les gustaban los niños pero nos decían que no tenían sitio aún teniendo mesas libres y sin reservar, nos veían con tres peques y los cochecitos y se les cambiaba la cara. Al final la estrategia fue dejar a los niños fuera, entrar un adulto a pedir mesa y entonces sí estaban libres. Ya sabéis que yo os cuento las cosas tal y como nos ocurren, quiero pensar que no es algo general y que tuvimos mala suerte pero la cosa fue así.

También hay mil tiendas repartidas por sus estrechas callejuelas: artesanía, ropa, juguetes y cosas bonitas por todos lados, podréis aprovechar para comprar los regalos de Navidad seguro.

En la parte moderna de la ciudad ponen una pequeña feria de Navidad con casetas de madera que ofrecen objetos de decoración navideña y regalos así como dulces, castañas y también vino caliente. Cuando nosotros estuvimos había un carrusel precioso, una pequeña noria y alguna otra atracción. Para los más animados hay una pista de hielo en la Plaza Carnot que ofrece un espectáculo de luces y música en cuanto cae la noche.

Carrusel en la feria navideña de la parte «moderna» de Carcassonne.

La ciudad en si es pequeñita así que en una tarde se puede visitar perfectamente.

Alrededores de Carcassone

Nosotros visitamos el pueblo de Soreze, a una horita en coche más o menos, se trata de un pueblo medieval muy chiquitín pero pintoresco. La particularidad es que muchos de sus edificios están hechos de madera. También podéis pasear por los jardines de la Escuela Abadía que son preciosos.

Para comer podéis hacer parada en Revel que cuenta con un mercado medieval en el centro muy bonito y varios restaurantes.

Narbonne

La otra sorpresa del viaje! A menos de una hora en coche de Carcassonne ésta ciudad de poco más de 50.000 habitantes decora todo su centro de manera espectacular. Lo primero que encantó a los niños fue que en el Centro de Información turística, situado en la orilla del Canal de la Robine, habían montado una pequeña granja con animales: caballos, vacas, conejos y pollitos en el centro de la ciudad! Podéis imaginaros que allí nos estuvimos un buen rato además hacía muy buen tiempo y disfrutamos del solecito en compañía de los animales.

A medida que vas avanzando hacia el centro todas las calles están decoradas pero lo mejor es el montaje que ponen en el Palais des Archevêques.

En el Palais des Archevêques lo mejor está dentro.

Ya en la entrada había la casa de Papá Noel en lo alto y en el interior podías encontrar desde árboles de Navidad, hasta regalos, montajes con animales… todo precioso. La cara de los peques era de esas que no se te olvidan! Estuvimos allí un buen rato ya que a pesar de haber mucha gente el espacio es amplio y cómodo de visitar con niños.

En la entrada había la casa del Pere Noël.
Interior del Palais con árboles de Navidad y regalos por los aires!
Hasta pingüinos encontramos…

El centro de la ciudad es moderno así que encontraréis todo tipo de restaurantes, desde cadenas internacionales a pequeños restaurantes. Nosotros en esta ocasión sucumbimos a un italiano muy bueno pero no recuerdo el nombre 🙁

También hay multitud de tiendas así que si aún os faltan regalos ésta es la ocasión.

De vuelta, parada en Collioure.

Si vais en coche y con tiempo Collioure es parada obligada. Este pueblo de la costa es sencillamente precioso. Pasear por su playa tiene encanto incluso en invierno (o quizás aún más), las callecitas estrechas, las casitas de colores, e incluso la tumba de Antonio Machado merecen la pena ser visitadas.

Para comer nosotros escogimos la Crêperie Bretonne (Maison Annaik Noblet) que ya conocíamos de Girona, es un local muy curioso decorado como si fuera un dinner americano, éste tiene incluso un autobús escolar que es donde cocinan y para ir con peques es una muy buena opción.

En el interior de la Crêperie Bretonne, qué peque el mayor!!

Espero que os haya gustado esta propuesta de escapada más cerquita y os animéis a visitar esta zona del sur de Francia con tanto encanto.

Datos prácticos:

Cómo llegar:

– En coche desde Barcelona se tardan unas 3 horas y media. Nosotros paramos y comimos en Perpignan para que no se le hiciera tan pesado al peque pero si los vuestros aguantan bien el coche se puede hacer perfectamente del tirón.

– En tren: es posible ir en AVE / SNFC hasta Carcassonne o directo a Narbonne. más info en sncf.com

Dónde dormir:

Hôtel Donjon – Les Remparts, nosotros encontramos una oferta súperbuena, sino es un poco carete.

Seguro que hay opciones más económicas fuera de la ciudad medieval pero si podéis os lo recomiendo 100%

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