Mi (mala) experiencia con la (NO) conciliación

Leyendo lo que escribí en el apartado de “sobre mí” me he dado cuenta que olvidé contaros que soy publicista. Bueno al menos lo era antes de ser mamá de tres, porque ha resultado ser una profesión incompatible con la maternidad (al menos como yo la entiendo).

Aviso: hoy me voy a poner un poco más seria de lo habitual porque el tema no es para tomárselo a broma.

Sigo:

En realidad la culpa no es de la profesión en sí, obviamente sino de los que la forman, y me temo que es publicidad como podría ser otro sector, pero os cuento lo que pasa en el mío que es el que conozco.

Cuando digo que la culpa es de los que forman parte de la profesión me refiero, en primer lugar, a los responsables, la mayoría de veces hombres, que siguen anclados en los horarios del siglo pasado (de 9 a 14h – de 16 a 19h) y que ven cualquier intento de cambio como si fueras a dar menos servicio al cliente (clientes, por otro, lado con horario más que flexible que te ponen reuniones a las 15h y a las que no te puedes negar a asistir). Así pues tu horario acaba siendo de 9 de la mañana a 7 de la tarde ininterrumpido. Y en verano es aún mejor porque se inventan lo de la jornada intensiva que sólo sirve para que además no te levantes de la silla ni para comer y acabes saliendo con suerte a las 5 o 6 de la tarde y medio desmayada.

Yo cuando nació mi primer hijo tuve claro que quería pedir reducción de jornada así que lo propuse a la empresa yl a respuesta fue, palabras textuales, “ok pero tu sueldo y tu carrera profesional quedan congelados”. Así, zasca, sin pestañear. Y me consta que a todas las que pidieron reducción les dijeron exactamente lo mismo. Cómo se puede ser tan necio?? Qué les hace pensar que no merezcas un aumento o una promoción si vas a hacer igual de bien (o mejor porque irás ganando experiencia) tu trabajo?

Cuando les propuse variar mi horario haciendo de 9 a 16:30, con media hora para comer, y así sólo reducía mi horario en una hora la respuesta también fue negativa. Argumentaron que al mediodía no hay clientes… y entonces por qué tienes recepcionista al mediodía? Y por qué se hacen reuniones a las tres? En fin… no hay más sordo que el que no quiere oír.

Poco a poco me fueron relegando tareas y eso que eran más las tardes que trabajaba desde casa que las que no… si pudiera haber avisado a esa yo del pasado y decirle “deja de hacer el burro, no te van a dar ni las gracias y por supuesto no te lo están pagando”.

En el reparto de culpas también tienen su lugar los compañeros y compañeras. Esos que te miran mal si te quejas cuando ponen reuniones a última hora (o fuera de horario) o que no entienden que si tu hijo se ha puesto malo y no tienes con quién dejarlo, tengas que salir a recogerlo de la guarde o del colegio.

También están los que esperando el ascensor al mediodía te dicen “que bien eh? Tu ya estás, tarde libre!” eso mientras estás pensando que has salido tarde, vas a tener que comer en 20 minutos e ir al súper corriendo porque a las 5 sale el niño y es imposible hacer la compra con él.

Y claro, ni te quejes porque te van a soltar un “los has tenido porque has querido” y sí, eso está claro, y yo disfruto muchísimo de mis hijos pero de ahí a pensar que me voy de vacaciones cada tarde va un abismo.

En fin, cuando nació mi segundo hijo, al reincorporarme de la baja maternal, me tuvieron un mes (1 MES!) sin hacer nada, mi propio jefe me dijo “no sé, mira tus cosas…tu facebook, tus mails..” Os lo podéis imaginar? Era tan surrealista que pensé que me estaban haciendo mobbing así que me asesoré y lo primero que me dijeron fue “ni se te ocurra mirar cosas personales en horario de trabajo” así que imaginaros tener que ir cada día al trabajo mientras tu marido se queda con los dos (me reincorporé en agosto) sin tener absolutamente ninguna tarea asignada y viendo como todo el mundo va derrapando… Y al final resultó que ni mobbing ni nada… me tenían tan relegada que ni si quiera habían pensado qué hacer conmigo cuando volviera. Ya os digo que las que tenemos reducción pintamos más bien poco, al menos en mi empresa. Bueno para que os hagáis una idea de otra de las perlas que tuve que oír: estaban cambiando algunos de los ordenadores que teníamos porque eran del pleistoceno y cuando pedí que se me cambiara el mío la respuesta fue que no porque total, yo solo iba por las mañanas…Y??? precisamente por eso, si voy solo por las mañanas y no tengo recursos sacaré menos trabajo adelante.

En fin, fueron pasando los meses y cada vez estaba más agobiada con la situación y ya la gota que colmó el vaso fue cuando quisieron ponerme con un cliente que estaba en Madrid y requería viajar. Fue entonces cuando me fui directa al despacho del director a preguntar si se habían vuelto locos ya del todo pero evidentemente de locos nada, lo tenían todo bien estudiadito y fue allí donde llegó la propuesta mágica de acuerdo para dejar la empresa. Y yo, que me acababa de quedar embarazada de mi hija, me comí con patatas el #yonoreuncio de mi querida Laura Baena (Club de Malasmadres) y acepté.

Es por toda esta experiencia que mi profesión ha quedado en casi último plano y que mientras sigan así las cosas no creo que vuelva a poner un pie en una agencia… una lástima porque me encanta mi profesión pero me gusta mucho más ser mamá.

Y vosotras, qué tal vuestra experiencia con la conciliación familiar?? Habéis conseguido encontrar un equilibrio?

Quién hay detrás de Minimoi

Detrás de Minimoi encontramos a Roser, mamá emprendedora llena de energía y muy divertida.

Estoy muy feliz de poder inaugurar esta sección con una empresa que me chifla. Y es que si yo os digo que la cosa va de decoración infantil seguro que os empiezan a rondar nombres por la cabeza, peeero si os digo que tienen los quitamiedos más bonitos que hayáis visto nunca, las camas donde incluso vosotras querríais dormir y las mochilas más molonas del universo 2.0 seguro que adivináis de quien os hablo… Yesss, hoy sabremos #quienhaydetrasde Minimoi.

Su creadora es Roser, tiene 37 primaveras muy bien llevadas, dos hijas de 7 y 5 años, y un amor por la decoración y por las cosas bonitas y bien hechas que hechiza.

¿Cómo empezó todo?

En 2010 nació mi primera hija y empecé a buscar cosas diferentes e interesantes para ella que me hicieran sentir como cuando era pequeña. Entonces me di cuenta de que las cosas que encontraba eran de Australia, de países nórdicos… pero en España no había tanta variedad.

Además, un poco por deformación profesional, cada vez que le quería comprar algo a mi hija hacía un pequeño estudio de mercado…

¿por deformación profesional? ¿A qué te dedicabas?

Yo venía de la consultoría estratégica y del mundo del márketing y cada vez que necesitaba por ejemplo una mochila para la guarde, buscaba todas las opciones posibles, comparaba precios…

Se me ocurrió que toda esa información la podía compartir con otras mamis, así que empecé a escribir un blog con mi hermana, que es creativa publicitaria y también una apasionada de las tendencias del mundo infantil.

¿En qué año empezasteis el blog Minimoi?

Lanzamos el blog en 2011 cuando mi primera hija tenía un año y a medida que ella iba creciendo pues iban surgiendo nuevos temas… ahora toca buscar el primer patinete o ahora ya pasa de cuna a cama…

¿Así que al principio prácticamente el contenido del blog lo marcaba las necesidades de tu hija?

¡Totalmente! El blog fue creciendo con ella pero al cabo de un tiempo, cuando ya funcionaba muy bien, cada vez nos llegaban más consultas de gente que buscaba cosas concretas y no las encontraban así que adaptamos un poco los temas a lo que nos pedían.

¿Y cómo pasasteis del blog a la tienda?

En el blog publicábamos comparativas, precios, links donde podían comprarlo… pero aún así, nos llegaban muchas peticiones para comprárnoslo a nosotras y aquí se nos encendió la bombilla y pensamos que quizás lo que había empezado como una afición se podía convertir en un negocio…

Pero no era tan fácil…¿no?

No, porque en ese momento yo tuve a mi segunda hija y unos meses más tarde mi hermana tuvo a su primer hijo y decidió que ya no quería continuar en el blog para poder dedicarle más tiempo a él.

Y yo mientras seguí publicando e intentando compensar la parte que llevaba mi hermana pero dentro de mis posibilidades.

Pero la idea de la tienda on-line seguía allí…

Sí, y sin quererlo, de forma inconsciente, el blog se transformó en algo en lo que emprender.

Siempre he pensado que hay cosas que te arrepientes más de no probarlas que de hacerlas.

Prefiero fracasar pero quedarme con la satisfacción de haberlo intentado que no quedarme siempre con la incógnita de qué hubiera pasado.

Y te decidiste…

Es que ya llegó un punto en que después de recibir cada día muchos mails de “te quiero comprar esto” pensé que me debería poner en serio pero claro, ponerse en serio y compaginarlo con el trabajo era imposible y pedí una excedencia en mi trabajo para ver si realmente esa idea podía convertirse en negocio.

¿Y cómo se pasa de blog a tienda on-line?

Yo no sabía ni por dónde empezar así que estuve unos meses formándome para conocer mucho mejor todo el tema online. Me fui a informar en distintas organizaciones: la Cambra de Comerç de Barcelona, Barcelona Activa y al final ya constituí la sociedad y lancé la tienda finalmente en Enero de 2015.

¿Cómo fueron los primeros meses de apertura de la tienda?

Al principio pasé muchos nervios… me quedaban unos meses por delante de excedencia y pensé: ¡ostras no sé si me dará tiempo de ver si esto funciona o no! Iba todo un poco justito pero le fui viendo el potencial, vi que la cosa tiraba y le cogí el gusto a trabajar por mi cuenta.

Por tu cuenta…y sola, ¿no?

Sí porque empecé totalmente sola: yo escribía los posts, buscaba los productos, hacía los pedidos, los empaquetaba, los mandaba….¡todo!

Al cabo de unos meses ya pude incorporar a una persona en el equipo que me dio mucho aire para poder hacer algo más que no fuera hacer paquetes (risas).

Y así con mucho esfuerzo y mucha ilusión Minimoi ha ido creciendo…

Sí, por suerte ahora ya somos más y aunque seguimos todos haciendo un poco de todo, yo me he centrado en la incorporación de nuevos productos y atención a los clientes porque me encanta estar en contacto con las personas de forma directa.

¿Qué tal lleváis la conciliación familiar en Minimoi?

Yo siempre he sido muy “germánica” a la hora de conciliar, para mí la prioridad número uno es la familia, y creo que si estoy contenta en mi faceta personal luego rindo mucho más en mi faceta profesional.

Por eso en Minimoi intentamos hacer un horario lo más conciliador posible: que si hay algo urgente se soluciona y yo sigo atendiendo al teléfono hasta las 6 de la tarde pero quizás estoy en el parque, o en la playa ¡o desde casa!

Dos niñas pequeñas y una empresa…¿Cómo os organizáis?

Bueno por la mañana se encarga mi marido de llevar las niñas al cole…hay mucha gente que dice eso de “mi marido me ayuda” pero a mí mi marido no me “ayuda” porque somos iguales… es una responsabilidad compartida.

Así que por la mañana las lleva él y por la tarde sí que las voy a buscar yo y me encanta ese rato de poder jugar con ellas y disfrutarlas, aunque ellas tienen una edad en que ya entienden perfectamente que me puede llamar un cliente y entonces saben que hay que dejar un momentito a mamá y hacer un paréntesis en el juego.

Hablemos de las redes sociales, algo esencial en un negocio totalmente on-line…¡¡Habéis superado los 50.000* seguidores en Instagram!!! ¿Estáis de celebración? (ahora ya pasan los 55k!)

¡¡SÍ!!! Estamos contentísimas de haber llegado a los cincuenta mil seguidores, nos hace muchísima ilusión porque es gente de verdad, que te siguen porque les interesas, no tenemos ni un seguidor comprado porque nos parece un sinsentido… nosotras apostamos por las cosas bien hechas y si trabajas bien acaban llegando los resultados.

Me encantan las redes sociales porque al final es la manera de tener el contacto directo con la gente y realmente ese es el punto diferencial porque, aunque nuestro negocio sea online, la gente conoce la marca, te preguntan, hablas con ellos…

¿te encargas de las redes sociales tú sola?

No, definimos conjuntamente la parte de estrategia y tenemos una persona en el equipo que es la community manager y se encarga de gestionar el día a día. Y la verdad es que estamos superorgullosas porque nos lo hemos hecho nosotras todo, absolutamente todo, no hemos tenido una agencia detrás que nos ayudara, todo es prueba-error y es supergratificante cuando ves a toda esa gente real que hay detrás.

¿Cómo ves a Minimoi de aquí a 5-10 años?

Igual que ahora pero con más gente porque, por suerte, cada vez tenemos más trabajo pero la esencia será la misma seguro: seguir encontrando cosas distintas que nos encanten.

¿Pero seguiréis con el mundo niños o habrá algo más?

Esto no te lo sabría decir porque cada vez la barrera es menos definida. A veces publicas cosas que parecen de niños pero de repente les gusta a un público adulto… por ejemplo: las luces quitamiedos. En principio son para dormir bebés, pero son tan monas que incluso hay gente que no tiene hijos y las compra como elemento decorativo.

Dejamos salir a la niña que llevamos dentro…

¡Exacto! ése es el espíritu de Minimoi… cosas que despierten un poco tu alma de cuando eras pequeña y que te hagan volver a ser un poquito niña.

Son cosas que te arrancan una sonrisa y no tienes porqué tener hijos para apreciarlas… puede que tengas ese alma de fantasía dentro que conecta con tu yo pequeño. De ahí el nombre “mini-moi”: que significa pequeño yo en francés.

Pues hasta aquí con esta primera entrevista… me quedo con su convicción de seguir adelante, su pasión por el trabajo, su buen gusto al escoger productos y sobretodo por esos valores tan marcados (la familia es lo primero!) que la han llevado a crear una empresa de la que muchas grandes deberían tomar ejemplo y en la que sospecho que sus trabajadoras se deben sentir muy queridas.

Qué os ha parecido? Os gusta esta nueva sección? Quién será la próxima?? Si os apetece saber quién hay detrás de alguna marca o empresa que os guste decídmelo, las sugerencias son más que bienvenidas!

Septiembre: el mes en que todo vuelve a la “normalidad”

O eso dicen porque yo, a estas alturas, no sé cual es mi normalidad… desde que acabé la facultad mi normalidad ha sido trabajar y en los últimos 6 años mi normalidad ha sido trabajar y estar embarazada y/o cuidando de un recién nacido (es lo que tiene dar a luz tres veces en cinco años!).

Y si hilamos más fino aún, mi normalidad los últimos 14 meses ha sido tener a una baby pegada a mi twentyfourseven.

Así que hemos llegado al mes en que todo vuelve a su cauce y yo estoy sin trabajar y sin bebé ,cosa que no me puede parecer más rara… y ahí estoy, intentándome hacer a la idea. Y no es fácil, todo el mundo me decía “qué bien estarás en septiembre” y hasta yo me había convencido peeero esto de llegar a casa y que esté vacía y en silencio después de este verano, que ha sido hardcore, es muy raro.

Es cierto que ahora voy a tener algo de tiempo para hacer tooodas las cosas de la lista que os enseñé en agosto y de las cuales, cómo no, he hecho menos de la mitad. También es verdad que voy a poder hacer algo de deporte y formarme en mil cosas que me interesan. Y cómo no, tengo que ponerme las pilas también para encontrar un trabajo que me guste y permita conciliar con mi familia (carta a los Reyes!).

Pero reconozco que estoy fuera de mi zona de confort y que hay veces que eso me supera. Aunque también es verdad que es una prueba de la que voy a aprender mucho seguro.

Y hasta aquí el post de hoy, más cortito y más personal de lo habitual pero una también necesita desahogarse de vez en cuando… y cómo aquí nadie me hace callar pues os he arreado el rollo!

Qué tal vuestra vuelta a la normalidad?? la estabais esperando con ansia viva o os da una pereza terrible?

P.D.: Ah! una de las cosas a las que voy a dedicar más tiempo es a este blog así que en breve vienen novedades: La primera en forma de entrevistas para conocer quién hay detrás de las marcas que más nos gustan de este universo 2.0…espero que os gusten!